Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


domingo, enero 30, 2011

Uribe en el ruedo político

Hoy se inician los talleres democráticos, que pretenden ser un espacio para la construcción de consensos con miras a fortalecer la democracia, mediante el diálogo directo entre electores y eventuales candidatos. Se trata de una propuesta llamativa que pretende replicar los consejos comunitarios que fueron una de las facetas más interesantes del gobierno Uribe, la discusión de los problemas locales con los actores afectados. Deberá ser un proceso de identificación de prioridades y formulación de alternativas que le dará a los candidatos locales una oportunidad de confrontar –antes de ser elegidos- los problemas que la sociedad percibe y ajustar así sus ideas y proyectos. Uribe aportará su profundo conocimiento de las realidades colombianas y ayudará a plantear planes de gobierno serios.

A pesar de que su retorno aparece en este formato cuasi técnico, aquello no será sencillo. Todos los precandidatos quieren el apoyo de Uribe, pues su prestigio político puede ser elemento definitivo de algunas victorias. Pero son pocos los que están comprometidos con el ideario y la manera de hacer política del ex presidente.

Salazar, como presidente de los conservadores, anunció que ellos no participarán en los talleres, pero asegura que existe un acuerdo según el cual Uribe apoyará los candidatos que resulten de las alianzas entre la U y los godos. La declaración no convence. Si los conservadores planean acuerdos con la U, lo lógico es que participen activamente en los talleres para en ellos encontrar alternativas para las regiones y lograr tener parámetros reales para tales acuerdos y la selección de candidatos. La posición de la directiva azul evidencia que los acuerdos serán simplemente electorales. No se trata de un compromiso ideológico, sino de la mera adición de votos. Craso error, pues semejante actitud puede comprometer el futuro del partido en las elecciones que vienen. Las alianzas entre los liberales y Cambio Radical, apoyadas por el actual gobierno, crean un escenario que amenaza al uribismo y, en especial, a los conservadores, que pueden perder lo que con tanto esfuerzo se consolidó bajo Uribe.

El caso de la Alcaldía de Bogotá tiene matices similares. La eventual candidatura de Uribe para la magistratura de la capital sería muy interesante, pero él mismo la descartó categóricamente. Peñalosa, que pertenece a otro partido ajeno al uribismo, solicita el apoyo de Uribe, pero no asume compromisos ideológicos. Se trata del ejercicio de la política electorera, según el cual por el hecho de ser un ‘buen candidato’ se excluye de la necesidad de asumir el proceso elegido por el ex Presidente para hacer concertaciones y elaborar proyectos de gobiernos concertados con la comunidad.

Cabe recordar que la victoria de Samuel Moreno se debe en parte a que el candidato opositor fue Peñalosa, quien, a pesar de sus buenas gestiones como Alcalde, no goza del aprecio de la gente. Los bogotanos lo identifican con el despotismo ilustrado (el gobierno para el pueblo, pero sin el pueblo). El desprestigio de Samuel en algo habrá valorizado a Peñalosa, pero es evidente que Peñalosa no ha representado ni representa el ideario uribista. Además dentro de su partido le costará derrotar a Mockus. Es difícil creer que el uribismo no tenga entre sus filas un candidato que al menos se equipare con el verde y que sí lo represente.

El País, Cali. 28 de enero de 2011
http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/uribe-en-ruedo-politico

domingo, enero 23, 2011

¿Incluso del Estado?

Ser trabajador independiente tiene muchas dificultades; no hay estabilidad laboral, no hay vacaciones ni cesantías y además implica entrar en un régimen de seguridad social confuso, injusto y muy costoso. Y eso que los trabajadores independientes son el 41,2% de los empleados en el país.

El 80% de los independientes están afiliados al sistema de salud, pero sólo el 6,4% aporta a pensiones y 4,6% a riesgos profesionales. Hay varias razones que pueden explicarlo, la principal es que la salud se necesita siempre, es una necesidad inminente. Hasta el 2007 no era posible cotizar sólo en salud, todos estaban obligados a aportan también a pensiones. Así que los desempleados o los estudiantes o quienes tenían ingresos insuficientes tenían que escoger entre pagar ambas o renunciar al derecho principalísimo a la salud. Era una exclusión atroz y torpe que tardó mucho en resolverse.

Pero muchas otras complicaciones persisten. El salario mínimo es la base del sistema, debe cotizar mínimo sobre un smlm para salud y pensiones y para afiliarse a riesgos profesionales debe hacerlo al menos sobre dos. Así que cada vez que el salario se alza, los independientes se ven obligados a aumentar sus aportes, sin que eso necesariamente haya sucedido con sus ingresos. Según un estudio del Banco de la República, tan sólo el 5,9% de los trabajadores ganan un salario mínimo y el porcentaje disminuye cada año. El 29,9% gana menos de esa cifra. Eso significa que los pagos que tendrían que hacer para participar en la seguridad social serían el 40% de un salario mínimo.

Recordemos que tendrían que pagar el 12,5% para salud, 16,5% para pensiones, más retefuente del 10% y reteica de 1%, es decir, el 40% de sus ingresos o del salario mínimo. Es tan absurdo, que la norma permite que los independientes coticen sobre el 40% de sus ingresos. Aquello resuelve la imposibilidad mensual, pero causa un daño mayor. La pensión de jubilación será de esa pequeña fracción, sin importar que su esfuerzo económico ha sido más fuerte. Además, ante una licencia, una incapacidad o una maternidad el trabajador sólo percibirá el 40% de sus ingresos, severa disminución para una época difícil.

A pesar de que el cubrimiento de incapacidades o licencias sería posible en esa precaria forma, la realidad es que pocos independientes pueden hacer uso de ellas. Quienes trabajan por contratos de prestación de servicios, no pueden ejercer el derecho a enfermar o ser madres pues no hay posibilidad de suplir las vacancias temporales y simplemente se opta por terminar el contrato. Se contrata un servicio ininterrumpido que para nada tiene en cuenta las condiciones personales del contratista.

En detalles más simples tenemos que los formularios para inscribirse en el sistema son atroces; largos y difíciles. Así mismo, es difícil cambiar el salario que se usa como base de cotización. Es un sistema estático que no responde a las necesidades de los colombianos. Y eso que hay muchos trabajadores que además tienen que pagar IVA, contratar contadores y hacer declaraciones.

Este es un caso más donde el país que los técnicos tienen en la cabeza, no es el país real en el que vivimos. Se crea un sistema para los asalariados donde todo fluye para ellos; y un régimen complejo, incompleto, costoso y excepcional para los independientes; lo curioso es que hay casi siete millones y medio de trabajadores independientes, casi la mitad del mercado laboral.

El País, Cali. 22 de enero de 2011
http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/incluso-del-estado

domingo, enero 16, 2011

Bancos y desarrollo

El problema de la falta de bancarización en Colombia tiene raíces históricas que afectan, pero hay un sistema que no responde a las necesidades ni le da a su función la mirada social que le corresponde.

En las naciones católicas tenemos una resistencia a los negocios que se nutren del manejo de capitales, basta recordar que durante la Edad Media cobrar intereses estaba prohibido y era pecado; de ahí surgieron los límites de la usura. Los bancos en Colombia tampoco cuentan con la devoción de las masas, que los consideran abusivos. La gente se queja del mal servicio, de los excesivos cobros, de la falta de créditos para el sector real y de las excesivas ganancias que obtienen en cada ejercicio que no corresponden a la calidad ni a la función que cumplen.

El Ministro de Hacienda dijo que los abusos deben ser corregidos e insistió en la necesidad de que los servicios bancarios tengan topes. La discusión en torno a cuál es el valor exacto de sus cobros no es relevante, Echeverri está muy en lo cierto; los bancos en Colombia cobran excesivamente: por servicios muy simples como pagar los servicios públicos o consultar los saldos por Internet o por teléfono. La norma establece que al menos debe haber un mecanismo para pagar y retirar dinero que sea completamente gratis; hábilmente aquella alternativa es la de ir hasta la sucursal, donde el servicio es pésimo e implica una pérdida de tiempo superior a lo que cobran. Lo cierto es que a los colombianos no les gusta el servicio que reciben: en noviembre las quejas contra los bancos crecieron el 24% y paralelamente la banca obtuvo entre enero y octubre de 2010 utilidades por $7,86 billones.

Si bien, la Superintendencia Financiera -que absorbió la Bancaria- cumple con algunas funciones, como son las de vigilar y recibir los reportes de los bancos para evaluar su comportamiento, la entidad ha sido incapaz de regular de manera seria y consistente el mercado bancario. Para muchos, éste se comporta como un oligopolio, donde hay tan pocos proveedores, que tienen el poder para abusar de su posición dominante. Es prioritario tener una regulación que tome en cuenta esta estructura y que reduzca su capacidad de extraer del mercado más de lo que corresponde. Seguimos con una taza de intermediación entre las más altas del mundo y un pésimo servicio.

Por supuesto que la banca es un negocio que debe ser manejado con cuidado pues se arriesga el ahorro de los colombianos, pero es también una necesidad de la sociedad moderna. Tan sólo el 30% de los colombianos -14 millones- tiene acceso a ella. Mientras grandes fracciones de la sociedad sigan excluidas no será posible construir una economía formal, grandes cantidades de dinero quedan por fuera del sistema. Ello recorta la posibilidad de internacionalizar muchos negocios, imposibilita el control de la tributación y deja por fuera del crédito a ese 70% de la población.

Ese ahorro de los más pobres queda a merced de estructuras ilegales como las pirámides, los préstamos de usura, los captadores ilegales que terminan por robarse el esfuerzo ya hecho. Lo peor es que la falta de crédito no contribuye a la solución del problema de vivienda y quienes más lo necesitan siguen sin acceso. Las iniciativas del banco de los pobres para los microcréditos son necesarios, pero la banca nacional tiene que mejorar servicios y tarifas sin lo cual la economía nacional no será competitiva.

El País, Cali. 14 de enero de 2011
http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/bancos-y-desarrollo

viernes, enero 14, 2011

Salario mínimo e inflación

Es una mala noticia que la inflación esté reapareciendo en el mundo. En noviembre China tenía ya una inflación de 5,1, India de 11% y la Eurozona llegó al 2,2%. En Latinoamérica las cosas tampoco fueron buenas Brasil 5,3%, Argentina 10% y la más alta en el mundo la tuvo Venezuela con más del 28%. En Colombia la inflación también superó la meta del Banco de la República y se colocó en un 3,17%.

Este aumento de precios tiene varios efectos; el primero es que para combatir la inflación se aumentan las tasas de interés y el dinero circulante es apropiado por los bancos. Las altas tasas de interés nos hacen menos competitivos, muchos negocios dejan de ser rentables y por ello se frena el crecimiento económico. En medio de esta especie de crisis económica las consecuencias son imprevisibles, veremos lo que pasa en China que este diciembre aumentó sus tasas de interés en 25 puntos.

Otro efecto es el que experimentan las personas con bajos ingresos. Su capacidad de compra disminuye. Hay precios que crecen más que otros, así que aquellos con bajos ingresos pueden quedar excluidos de ese consumo; esto es grave cuando los bienes son básicos. Si bien el IPC fue de 3,17%, ese porcentaje es un promedio, pues según el Dane, el combustible, la energía eléctrica, el gas, las tarifas de consultas médicas, de las aseguradoras de salud y los servicios bancarios subieron entre el 6 y 11%. El precio de los alimentos es el más preocupante, la cebolla aumentó 75%, las hortalizas y legumbres el 56%, la panela el 22% y el azúcar el 21%.

En el contexto mundial el alza de precios de los alimentos fue generalizada. Naciones Unidas informó que en diciembre el índice de precios de alimentos llegó a un máximo histórico, superando el aumento que dio lugar a la crisis alimentaria en 2008. Ello está vinculado a las alzas del azúcar y cereales como el maíz y el trigo y a los aceites; alimentos básicos que se han convertido en biocombustibles y que ahora están sometidos a ese fluctuante mercado. En Colombia el invierno puede ser una de las causas. El Ministro de Agricultura insiste en que no se trata de escasez de alimentos sino de problemas en el transporte. Puede ser la estructura de oligopolio, un mercado dominado por un número pequeño de distribuidores de los alimentos, les da poder para aumentar los precios, sin que los productores se beneficien.

La capacidad adquisitiva de los más pobres está afectado, y el salario mínimo sólo aumentó en 3,43% lo que significa que el incremento real es sólo del 0,23%. Los sindicatos han solicitado que suba el 6% cifra que, para ellos, compensaría la inflación y le daría a los trabajadores mayor capacidad de consumo.

La cuestión es que incrementar el salario mínimo no soluciona el problema. La mayoría de los colombianos, más del 50%, ganan menos de un salario mínimo y trabajan en la informalidad. Desde este punto de vista el salario mínimo es un beneficio restringido a los trabajadores que están vinculados formalmente. Además un salario mínimo más costoso puede significar un alza en el costo de todo lo que producimos. Ello desdibuja el añadido de la capacidad adquisitiva de los asalariados y incluso agrava la situación de los informales.

Superar las desigualdades sociales no es un tema de subir un salario, hay que pensar en soluciones que doten a la sociedad de más oportunidades y empleos más calificados. La construcción de una clase media creciente sigue siendo el reto.
El País Cali, 7 de enero de 2011
http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/salario-minimo-e-inflacion

sábado, enero 01, 2011

Primero el ambiente

Se hizo costumbre meditar en éste día sobre las aristas de lo que se consiguió, las causas de lo fallido y sobretodo los coloraciones de lo esperado. Semejante relato de la vida nacional sería extenso por lo que conviene concentrarse, aún dejando temas con al menos igual importancia.

Este primero de enero tiene la nostalgia de lo que termina y la emoción del nuevo decenio, que será, seguramente, el de las telecomunicaciones, la economía financiera y el medio ambiente. La sociedad avanza por las sendas de las interconexiones y el Internet ha creado un nuevo mundo cibernético que habitamos cada vez con más docilidad. Ello ha contribuido a la creación de la economía financiera que remplaza definitivamente el modelo tradicional de generación de valor, colocando el dinero como un elemento con potencia para crearlo por sí mismo. Paralelamente a los triunfos del conocimiento científico y las consecuencias de la madurez del capitalismo aparece nuestro entorno. Esa naturaleza que ha acompañado la danza humana con diferentes papeles; de madre a madrastra, de peligrosa a predecible, ahora reaparece entre vulnerable y devastadora.

La epopeya humana es responsable por la séptima gran extinción de las especies. La expansión demográfica y geográfica de los humanos redujo las posibilidades vitales de los otros seres. El calentamiento global es también por causas antrópicas. El uso de los combustibles fósiles, como petróleo y carbón, saturaron la atmósfera de gases con efecto invernadero que impiden la salida del calor, cada vez más acumulado. Ello amenaza la supervivencia de muchas especies, pero también altera la nuestra.

Ya sabíamos que el calentamiento global iba a tener un fuerte impacto en los patrones de lluvia del país y en el recrudecimiento de las sequías. El invierno nos dejó lecciones. La magnitud del fenómeno se vislumbró, pero se evidenció que no estamos preparados para mitigarlo.

El Estado no ha podido cumplir con las exigencias de tener bajo su mando los recursos naturales. El modelo de las corporaciones autónomas regionales como autoridades ambientales se muestra fracasado después de casi 20 años de funcionamiento: aire, agua, ecosistemas en mal estado; un Ministerio incapaz de controlar los desbordados, ineficientes y politizados poderes regionales. La planeación urbana está llena de fallas. Prácticamente ninguna ciudad costera respeta los 50 metros de playa que la ley ordena conservar y hay construcciones sobre los causes de los ríos; ello no sólo afecta la estética sino que supone un enorme riesgo para las edificaciones. ¿Qué sucederá cuando todas esas construcciones populares unas, y otras lujosísimas sean afectadas por el mar? ¿qué decir de las invasiones que por falta de planeación urbana desbordan las ciudades y colocan segmentos de la población más vulnerable en zonas de alto riesgo?

Otro ejemplo, entre los múltiples; los desarrollos que se hacen en la ruta Barranquilla-Cartagena suponen millonarias inversiones y aquellas bellas playas coinciden con las zonas que, según los modelos del IDEAM y del Invemar, serán afectadas por inundaciones causadas por el calentamiento global en corto plazo. ¿las licencias de construcción será usadas entonces contra el Estado, y el erario público tendrá que socorrer estas imprudencias? ¿Qué responsabilidad le cabe a los particulares que construyen a pesar de que esa es información conocida?

No se entrevé ningún intento por mejorar.