Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


martes, septiembre 22, 2009

EE.UU. y Suramérica

La lucha antinarcóticos de EE.UU. se libra, sobre todo, por fuera de su territorio. Son los países productores quienes deben enfrentar a las mafias. La ventaja para los americanos es clara, se libran de soportar la alteración del orden social que causa la guerra contra los narcos y limitan su participación a aportes monetarios.

Nosotros, los productores, no podemos hacer nada distinto a aceptar esos recursos y dar el combate. No sólo batallamos contra la droga porque ese sea el objetivo americano –que apremia- sino porque la ilegalidad del negocio pervierte la sociedad. Ese ‘dinero fácil’ es una terrible enfermedad; generalizado ese deseo se pierden los estímulos para el trabajo, el esfuerzo y la legalidad. Perseguir la droga es una estrategia para subir el costo del narcotráfico: hacer ese dinero tan caro como sea posible, para que no sea sencillo ganarse esa plata y evitar que todos los habitantes pretendan hacerse narcos. Además, quienes están en los negocios ilícitos utilizan sus gigantescos recursos para protegerse y en el ejercicio corrompen la justicia, la política y quebrantan la obligatoriedad de la ley. Y no podemos legalizarla unilateralmente, pues los bloqueos económicos nos pondrían en condiciones de pobreza inaguantables.

Pero esa lucha también tiene costos. Es un negocio inacabable, mientras haya consumo capaz de pagar habrá producto. Así que las estrategias más virtuosas sólo lograrán exterminar los cultivos sobre el territorio nacional y desplazarlos a otras zonas. El ataque frontal a las mafias que responden con violencia a la persecución del Estado deja víctimas. Y presiona los cultivos hacía las selvas, destruyendo nuestro más valioso recurso natural.

El tema de la influencia americana no puede desconocerse. Como la guerra ha de hacerse en estos, nuestros países, nos dan dos estímulos: la ‘contribución económica’ y la ‘lista negra’ o descertificación, que prevé sanciones económicas para quienes fallen en la estrategia. Esta última es muy poderosa, pues el 45% de las exportaciones andinas son adquiridas por ese país.

En la nueva lista negra –de la que Colombia nunca sale- se dice que Venezuela y Bolivia fracasaron “de manera evidente” en la lucha. Precisamente los países que desafían y consideran enemigos a los gringos. Entonces el Gobierno americano, por razones de interés nacional, no les aplicará sanciones. EE.UU. no quiere acrecentar el enfrentamiento con esas naciones y por eso les da un trato preferencial. Su beligerancia contra la nación americana rinde sus primeros frutos.

Pero eso no será suficiente. Bolivia reconoció “debilidades”, pero señaló que era una decisión política e injustificada y dijo “Estados Unidos no nos permite comprar aviones con radares y tampoco aporta plata como antes, por tanto, no tiene autoridad para cuestionar" y que planeó acuerdos con Rusia para controlar la droga en su territorio. Chávez, por su parte, planteó la posibilidad de derribar aviones de la mafia y ya son claros los acercamientos con Irán y Rusia.

Colombia, en cambio, está en el grupo de los aliados y por lo tanto se cree que no hay porque conquistarnos; ni siquiera se nos aprueba el TLC. A nosotros, Clinton nos aplicó aquellas sanciones para ‘incentivar’ nuestro compromiso.

Si EE.UU. no replantea sus relaciones con Suramérica se puede quedar sin aliados y quienes pueden ser sus verdaderos enemigos se asentarán en este territorio.

El País, Septiembre 19 de 2009

2 comentarios:

Javier Vásquez dijo...

Generalmente cuando se restringe el comercio de un producto específico, contrario a lo que se piensa en cuanto a que el consumo de este disminuye, se logra un efecto contrario, lo escaso del producto hace que su costo se eleve, razón por la cuál lo que aumentan son las ganancias de quienes lo producen y quienes lo comercializan. Un ejemplo?; Los diamantes, DeBeers al ser el mayor comercializador de los diamantes almacena cantidades de estos, simplemente para que el precio de estos no disminuya y sigan siendo un producto costoso y exclusivo.
Con las drogas es más fácil, las drogas ilegales y según algunos estudios muchas drogas legales crean esta dependencia en la cual el consumidor, busca su producto sin importar la forma o los medios que deba utilizar.
No se si has leído un artículo que salió el domingo 13 de este mes en el periódico El Tiempo, en el cual muestra que solo en Estados Unidos hay aproximadamente 7 millones de personas adictas a antidepresivos, tranquilizantes, codeína y medicamentos para dormir. Un ejemplo?, el oxicontín una droga difícil de conseguir en nuestro país, solo te la entregan después de una cantidad de documentos q tienes q presentar para que tu eps te la suministre; en Estados Unidos los adolescentes las usan, triturándolas y mezclándolas con alcohol, el oxicontyn potencia los efectos nocivos de el alcohol, así que te podrás imaginar el resultado...... Porque lo se?, porque por corto tiempo (Gracias a Dios), me fue recetada por un medico hace unos años atrás. El problema de las drogas ilegales, no son los que la cultivan, son más culpables los que la consumen.
Pero las drogas ilegales, se quedan en pañales a los efectos de las drogas legales, o la facilidad de algunos para conseguirlas sin fórmula medica. Hace 20, 30 años, si tenías problemas de sueño el medico te decía que tomaras un poco de leche caliente, gotas de valeriana, o algún otro remedio casero, ahora te mandan cientos de medicamentos que si dejas de tomarlos, simplemente no puedes dormir.
Las cosas son más difíciles y complicadas de lo que a simple vista reflejan, y sin ánimo de sonar a cliché pero, como dice la propaganda de HBO "VE MAS ALLÁ"

Santiago Sarmiento Ortiz dijo...

Me gusta su post, porque abre un espacio para que la gente comience a ver las cosas más ajustadas a la realidad. Es decir, la balanza siempre favorece a cualquiera que no sea Colombia. Por momentos pienso que deberíamos dejar de ser los "cuerdos" en las discusiones. Hemos cometido errores como el de violar la soberanía ecuatoriana, pero ante la reacción, desmedida a mi forma de ver, por parte del gobierno ecuatoriano nuestra posición siempre ha sido soportar sus restricciones sin buscar presiones del mismo estilo. Con Venezuela hacemos lo mismo, que nos afecten, pero pensando en que no nos afecte tanto, no los afectamos a ellos, es decir, seguimos vendiéndoles lo que ellos quieran. La posición de Estados Unidos frente a nosotros, como usted bien lo dice, es más una relación de manipulación que de colaboración, el TLC es un claro ejemplo y nosotros de una forma tolerante seguimos agachados y arrodillados.

Pero Estados Unidos no bloquea ni le prohíbe nada a Venezuela y Venezuela habla mucho y hace poco, porque le siguen vendiendo petroleo y los gringos comprando, entonces, ¿a qué jugamos?.

Lamentablemente la situación interna es tan dura que no nos da espacio para tomar posiciones fuertes frente a los países hermanos y aliados, que por responsabilidad nuestra de eso no tienen nada.

De ahí que yo admiré la posición del presidente Micheletti, no cede ante la presión, quiere que lo entiendan y que entienda quien era Zelaya, pero como somos unas sociedades doble-moralistas, entonces, preferimos que llegue Estados Unidos y lo meta preso a que un pueblo a través de su congreso y diferentes ramas del poder público hagan justicia.

Qué dios nos perdone.