Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


sábado, mayo 26, 2012

Por qué no aceptarlo, fueron las Farc

Luego del atentado contra Londoño; surgió la hipótesis de que su autor fue la extrema derecha. Sostienen que la fecha permite inferir -sin dudas- que los extremistas de derecha se llevaron la vida de dos colombianos, hirieron más de 50 y sembraron el terror en la capital. Ese día entraba en vigencia el TLC con EE.UU. y ese día se llevaba a cabo el sexto de los ocho debates del Marco Jurídico para la Paz. El atentado era entonces una forma de detener que ese artículo constitucional fuera aprobado. Sin embargo, esa teoría adolece de fallas protuberantes. Por una parte, la fecha era favorable para cualquiera; pues la elucubración en torno a los resultados de un acto de barbarie como este, puede ir tan lejos como se quiera. Por ejemplo, se puede decir que la extrema derecha pretende dar el golpe contra un declarado objetivo de la extrema izquierda para inculparlos; pero también que la extrema izquierda puede hacerlo en una fecha así para desviar la investigación. Esas son especulaciones interminables e ilusorias, sobre las que el debate puede ser infinito. Hay, en cambio, evidencias sólidas que no pueden desconocerse y que aclaran el asunto. El material probatorio existente apunta a que fueron las Farc. Este grupo narcoterrorista declaró objetivo militar al ex ministro y planteó la necesidad de neutralizarlo mediante varios comunicados, que son todavía visibles en Internet. Además la tecnología utilizada, con remedos de ETA, refuerza los ya conocidos vínculos entre ambos grupos criminales. El atentado, además, guarda similitud con otros actos de la misma naturaleza ejecutados por ese mismo grupo. Es sabido que cuando las Farc sienten la proximidad de una negociación arrecian sus ataques, pues por irracional que nos parezca, siempre intentan llegar a la mesa de diálogo con un ego inflamado y generar la impresión de que se sientan victoriosos y fuertes. Ya ha pasado. Lo que es más, hay atentados terroristas ejecutados por las Farc en otros pueblos y ciudades anteriores y posteriores al hecho. Son muchísimos y repetitivos; varios municipios del Cauca, Valle, Nariño, Santanderes y otros están siendo asediados con cilindros bombas y tatucos. Las Farc viene escalando el conflicto y la violencia en todo el país. Otro problema serio de la hipótesis bajo examen es que no hay una extrema derecha terrorista identificable. Los jefes paramilitares que tenían agenda política están en prisión. Las Bacrim –que no tienen ya ninguna ideología- son grupos de delincuentes que actúan en zonas pequeñas. Prueba de ello es que el Gobierno las considera tan poco significativas que no fueron incluidas entre los grupos del conflicto armado, de manera que hoy el proyecto del fuero militar no las incluye en operaciones que el Ejército puede ejecutar bajo el DIH. Son, según el Gobierno, un problema menor que debe ser atendido por la Policía. No se ve el grupo de extrema derecha inculpado, y si lo hay deben denunciarlo de manera precisa; hasta ahora es un fantasma. Ningún extremismo es aceptable; ninguno tiene buenas causas, porque la violencia pervierte cualquier ideal, desfigura todo propósito. Cualquier actor violento rompe el orden social, debe ser repudiado por los ciudadanos y repelido por el Estado. No hay justificación para quienes pretenden defender y encubrir a las Farc. ¿Habrá algo que los mueva a dejar de ver lo obvio e intentar exculpar el comportamiento de las Farc? ¿Por qué algunos se empecinan en hacer ver menos mal a las Farc, como si lo cometido hasta ahora no fuera ya un indicio y se diferenciara en algo de lo que vemos hoy? El País- 25 de mayo de 2012 http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/por-aceptarlo-fueron-farc

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