Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


viernes, octubre 28, 2011

Falsos positivos del terrorismo

La noticia de que el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo está defraudando el Estado, utilizando los procesos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es tan grave, que aún en vísperas electorales he preferido referirme a este asunto.

Dicen los del Colectivo que devolverán el dinero que recibieron; claro que tiene que devolverlo indexado al valor presente; pero no sólo eso, debe haber cárcel para los responsables, incluso retiro de las tarjetas profesionales. La gravedad del hecho no admite nada distinto; las sanciones tienen que ser ejemplarizantes y definitivas; que desalienten cualquier conducta similar, ahora que estamos próximos a la aplicación de la Ley de Víctimas.

La investigación tiene que recaer sobre los miembros del Colectivo de Abogados; pues son ellos los que constituyen los paquetes probatorios, los que deben realizar la investigación y presentar el caso. No pueden hacerle creer a la opinión que ellos son víctimas de gente sencilla, campesinos atormentados por la violencia; y que fueron esos campesinos quienes planearon una defraudación de esa magnitud. Los representantes legales, que elevan los asuntos hasta las causas internacionales no pueden excusarse en que les dijeron mentiras; ¿acaso no investigan?

Es un hecho previsible que en un país pobre sean muchos los que intentan obtener beneficios que no les corresponden. Pasa en las catástrofes naturales; luego de un terremoto, por ejemplo, la gente sin vivienda, se desplaza hasta los sitios afectados para recibir auxilios; así también en el tema de desplazados. Todos lo sabemos, una oficina de abogados dedicada a reclamar también lo sabe. La responsabilidad de los abogados no se limita a la rigidez en la presentación de los casos; en la elaboración de un proceso hay investigación, búsqueda de pruebas, corroboración de hechos, en fin, un trabajo profesional. Al presentarlo frente a la Corte el abogado debe saber más del caso que la víctima. Lo contrario es aceptar que los abogados son sólo una herramienta para escribir cualquier cosa y presentarla sin responsabilidad. Los abogados son estudiados, son quienes conocen, quienes dirigen. ¿Cómo una masacre de 10 personas se vuelve de 50 en manos de los abogados? ¿Cómo, si la Fiscalía colombiana en la misma investigación puede establecer la verdad?

Más aún, la señora Mariela Contreras, que fue indemnizada por la masacre de Mapiripán, perdió a su esposo a manos de los Paras -en otro acto violento- y sus hijos desaparecieron en un municipio cercano, sostiene que son los abogados quienes negociaron con la masacre, y que fueron ellos quienes abusaron de su ignorancia. Es un testimonio desgarrador y triste, donde queda constancia de que el Colectivo de Abogados puede ser la cabeza de el un nuevo carrusel: el de las víctimas.

Este Colectivo de Abogados ha sido señalado muchas veces por su cercanía con el terrorismo; como aliados de las Farc y del ELN. Este mismo Colectivo ha sido vehemente en la persecución de los militares colombianos; los trata de asesinos y delincuentes; son abanderados en la búsqueda de falsos positivos, masacres o hechos de los cuales sea posible deducir responsabilidad para los militares; ¿será todo aquello la estrategia para cerrar ese negocio del que se lucran?

Ya se habla de las defraudaciones en otras masacres y casos. ¿Son estos los falsos positivos del terrorismo, que encierran en la cárcel a los militares colombianos para llenarse los bolsillos de billetes con le roban al Estado?

28 octubre de 2011
http://96.31.85.142/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/falsos-positivos-del-terrorismo

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