Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


viernes, noviembre 11, 2011

La reforma a la educación

La educación superior en Colombia requiere una reforma de fondo; pero no hablamos con seriedad sobre el tema. La reforma del gobierno era inocua; se trataba de un sistema de financiación, con buenas intensiones. La única novedad eran las universidades con ánimo de lucro; todas las críticas que se les hacen son ciertas, con el agravante de que en Colombia desde hace mucho existen universidades de pésima calidad que a pesar de su calificación formal, son empresas que dan réditos a sus dueños.

El informe de Desarrollo Humano del Pnud dice que Colombia es el tercer país más desigual entre los 129 países que se miden; sólo Angola y Haití nos superan. Una manera de solucionar el asunto es implementar mayores programas de asistencia social; aquello da resultados inmediatos pero no es sostenible en el largo plazo. La verdadera solución a la desigualdad es impulsar la movilidad social y mejorar los ingresos de los colombianos, para ello se vuelve imprescindible tener una excelente educación. No sólo profesionales universitarios, sino técnicos de gran nivel con buenos ingresos.

No deben existir farsas en la educación superior. Se supone que miles de estudiantes reciben una formación profesional, pero la calidad es tan baja que al salir al mercado laboral continúan en el desempleo o encuentran cargos con salarios comparables a los de quienes no estudiaron. Hay universidades públicas de altísimo nivel como la Nacional, Valle, Antioquia entre otras; pero a su lado hay otras que son tristes intentos. Las universidades en muchas regiones están politizadas; hay estudiantes que se quedan por años ocupando el cupo de otros jóvenes; unos pocos revoltosos que le alargan las carreras a través de paros a quienes quieren terminar; burocracias ineficientes. El sector privado no se queda atrás, títulos tras una formación deficiente.

El nivel de los profesores podría ser mejor. Hay 111.253 profesores de educación superior en Colombia, de ellos sólo 4.065 tienen doctorado, a pesar de que tenemos el puesto 14 entre los países que más estudiantes de doctorado tienen en Estados Unidos, en una lista liderada por China e India. En número de estudiantes de postgrado colombianos en EE.UU., es el más alto en América Latina. Así las cosas, el país a través de iniciativas como el Icetex y Colfuturo es capaz de formar muchos doctores; lo lógico es que ellos llegaran a ocupar los cargos de docentes en las universidades públicas y privadas, de manera que se viera la inversión que hace el Estado en su formación internamente, pero las universidades no abren espacio para estos jóvenes. Es necesario imprimirle flexibilidad y concursos de méritos a la academia colombiana para mejorar las nóminas y abrir espacios para los estudiosos.

Las marchas fueron, en general, pacíficas y eso hay que celebrarlo. Los estudiantes y todos los ciudadanos tienen derecho a manifestarse, expresar sus ideas y salir a compartirlas con la comunidad; pero nunca puede aquello degenerar en actos violentos y de destrucción que atenten contra los derechos de los demás ciudadanos. Hubo intentos como el de Piedad Córdoba de tomar vocerías que no le corresponden, y en esto también salieron bien librados los estudiantes que la abuchearon. Ahora bien, el balance para el gobierno no es tan positivo; retiró las universidades con animo de lucro a la primera crítica, y cuando las marchas aumentaron, retiró el proyecto. El gobierno debe presentar sólo reformas por la que esté dispuesto a jugársela, lo contrario denota poca seriedad en la formulación.

http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/paloma-valencia-laserna/reforma-educacion
11 de nov de 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo me pregunto ¿"Buenas inteanciones"? Es esto buenas intenciones:
http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/2326-reforma-de-la-educacion-superior-santos-y-el-presupuesto-de-las-universidades-publicas.html

En la Nacional SÍ nos enseñan a investigar.