Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


viernes, abril 27, 2007

El debate “para”-desprestigiar

El debate “para” ha demostrado que el Presidente es un hombre integro y patriota. En la preparación de este debate la oposición hizo investigaciones exhaustivas de cada uno de los hechos que componen los 54 años de vida del Presidente, basta imaginar todo lo que buscaron y removieron. Y del escrutinio minucioso no han quedado nada alarmante, salvo algunos errores –propios a la condición humana.

Deja una lección importante que el Presidente haya encarado las acusaciones de manera directa y sin hacer referencias personales, pues pone de presente que el enfrentamiento gobierno-oposición -propio de la democracia- debe distinguirse del desprestigio internacional del Estado, que afecta los interese nacionales. La oposición ha confundido estos dos niveles, y debe hacer un alto en el camino y preguntarse qué persigue con estos ataques.

Sí la estrategia se rige por el adagio: de la calumnia algo queda, sobran los comentarios. Sí es, en cambio, una manera de dañar el TLC y las relaciones del Gobierno con la comunidad internacional deben detenerse porque esa es una forma sucia de hacer política; no sólo daña a Uribe sino al país. La perdida del TLC y del Plan Colombia puede parecer positiva a la oposición, pues son ellos quienes rechazan ambos proyectos, pero en el juego democrático por sobretodo, debe respetarse la voluntad del pueblo; que en este caso respalda al Presidente y su programa de gobierno. Imponer mediante estos artilugios la política que ellos consideran apropiada es un irrespeto a la democracia y a los colombianos.

Sí, por el contrario, como debe ser, la oposición está interesada en la depuración y esclarecimiento de la verdad, debe tener cuidado y no confundir las acusaciones con la verdad y no sacar conclusiones ligeras y peligrosas sin contar con un fundamento probatorio certero. Una cosa es decir que la acción del Presidente contra los “paras” en Antioquia no les parece contundente -para lo cual habría que mostrar cifras y debatir- y otra cosa muy distinta es decir que Uribe es “para” o amigo de los “paras”. Una cosa es que existe una foto del hermano del Presidente cerca de Fabio Ochoa, y otra muy distinta que el Presidente o su familia tengan vínculos con la mafia. Una cosa es debatir sí las convivir fueron una buena política o sí tuvieron fallas, y otra decir que el Presidente las usó para favorecer a los “paras”. No puede la oposición creer todo lo que un testigo dice sobre lo que sucede en la Carolina o Gucharacas porque éste es el país del realismo mágico y la exageración hace parte de la cultura. Además no parece lógico hacer responsable a alguien de lo que sucede en una finca a la que no puede ir y cuyos trabajadores son amenazados y asesinados. Tan poco control tenía el Presidente sobre esas tierras que ahí fue asesinado su padre.

Y las paradojas; el gobierno que desmontó los “paras” y los puso en la cárcel es tildado de “para”. El gobierno que rescató a Colombia de la decadencia y la condujo al camino del desarrollo y las esperanza es descalificado por parte de la comunidad internacional. Dejan ver que las oposición está ciega y enceguece. No ve los cambios positivos, ni el esfuerzo supino del Presidente. Un debate políticamente serio tiene que por lo menos entender porque el pueblo sigue y ama a Uribe, y entender que internacionalmente él representa el Estado colombiano.

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