Columnas de opinión y análisis de la actualidad de Colombia publicadas los sábados en el periódico EL PAÍS - Cali


sábado, mayo 23, 2009

El referendo

Muchos compatriotas se han mostrado preocupados por los efectos del referendo. La cuestión que subyace al debate es la siguiente: la legitimidad de la Constitución proviene del pueblo, poder soberano en las democracias. Si ese poder desea modificar los sistemas o los diseños institucionales o si desea permitir la reelección, qué debe pesar más: ¿el poder el pueblo o ese diseño consagrado en la Constitución? Más aún, ¿si la Carta establece normas mediante las cuales es posible reformar su propio articulado, ha de tener límites lo que puede ser reformado?

El referendo no reelige a Uribe. El referendo consulta al pueblo sobre su deseo de modificar la Constitución, de manera que sea posible elegir, por un tercer período consecutivo, a cualquier presidente de nuestro país. No se trata, entonces, de perpetuar el poder, sino de una legítima deliberación puesta en manos de todos los colombianos, para que seamos nosotros quienes decidamos. La reelección de Uribe sólo será posible si él decide ir al debate electoral y derrota a los demás candidatos.

Así las cosas, la Corte Constitucional, al hacer su análisis sobre el asunto, deberá resolver si le es dado al intérprete limitar los temas sobre los cuales puede ser reformada la Constitución y sobre los límites de un poder que ésta misma ha denominado soberano.

Pero este es el menor de los problemas que enfrenta la aprobación del referendo. A las dificultades del trámite ahora se le suma el nombramiento de los congresistas encargados de la conciliación. Es evidente la falla del sistema. Ese nombramiento puede hacerse de manera que se excluya el sentir mayoritario de las cámaras, dejando sólo a los miembros de la oposición para propiciar un hundimiento del referendo poco democrático. Surge nuevamente la pregunta sobre el valor que ha de tener la participación democrática y los deseos de las mayorías.

Un grupo muy significativo de colombianos ha propuesto consultar al pueblo para que éste dictamine si se debe modificar la Constitución para que la segunda reelección sea posible. Nadie espera que la oposición se pliegue a la reelección, lo que sí sorprende es la reticencia para aprobar una consulta democrática sobre un tema que nos ocupa a todos. Una cosa son los argumentos contra el Gobierno y otra el diseño de las instituciones. Para profundizar sobre los que se refieren a la esencia misma del Estado, es necesario separar ambos debates y dar los argumentos teóricos que le permitan a la sociedad comprender las virtudes y defectos de la reforma.

La cuestión es quién debe decidir sobre si es beneficioso o no. ¿Sólo los expertos? ¿Los ex presidentes? ¿Los congresistas? Pues existiendo una propuesta que pretende darle al tema un debate democrático, con participación ciudadana, parece éste el mecanismo más idóneo.

Las declaraciones de Uribe sobre la inconveniencia de perpetuar al Presidente relievan la naturaleza compleja del debate. Hay muchos argumentos importantes sobre las dificultades de que un presidente pueda reelegirse dos veces, precisamente por eso resulta cada vez más apropiado que esta decisión provenga de la voluntad de las mayorías.

Quienes valoran la democracia y entienden la dificultad de tomar decisiones que nos afectan a todos han de encontrar en el referendo un aliado: la voz del pueblo delibera y asume sus propios dictámenes.
23 de mayo de 2009
http://www.elpais.com.co/paisonline/ediciones_anteriores/ediciones.php?p=/historico/may162009/PRI

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