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sábado, mayo 30, 2009

Valencia: 100 años

Los actos de conmemoración por el centenario del nacimiento de Guillermo León Valencia, en la ciudad de Popayán el pasado miércoles, han relievado la potencia de una personalidad que, como ninguna otra, encarnó las añoranzas de los colombianos y un férreo compromiso con la moral y la patria. Para iniciar el año Valencia se hicieron presentes en el Teatro Municipal el presidente Uribe, el ex presidente Betancur, la ministra de Comunicaciones María del Rosario Guerra, el ex designado Gustavo Balcázar, el contralor Julio César Turbay y otras personalidades cuya sola presencia ya honra la memoria del ex mandatario. También fue inaugurado un museo que exalta su memoria y emitida una estampilla conmemorativa con su efigie.

El ex presidente Betancur pronunció una pieza magistral: “La suavidad de la estructura, su cadencia sonora, la preciosidad con la que fue ensamblado el discurso podrían ocupar todo este escrito”. Valencia, en la palabras de Betancur, fue irrepetible. El presidente Uribe recobró las palabras de Valencia para referirse a él: “Manos firmes como el acero y puras como el oro”. Contó el Mandatario cómo sus ancestros, de origen liberal, habían votado por Valencia y, agradecidos por la paz, siempre dijeron “votamos por Valencia y votaríamos cuantas veces fuera necesario”. Subrayó de Valencia su carácter desprendido, ajeno al complejo de Pigmalión.

Valencia fue un Quijote: solitario, sencillo y con la lanza en ristre para luchar por el ideal. Su memoria se ha ido perdiendo en el tiempo, porque él nunca buscó honores, los honores lo acompañaron sin que él se embebiera jamás en sus perfumes. Fue un hombre de vigorosa inteligencia y recio carácter. Las puertas de su casa, de su oficina, de su vida y de su corazón siempre estuvieron abiertas. Su contacto con las realidades del pueblo colombiano fue directa y fundamental, a través de la cacería recorrió a pie, en compañía del campesinado, las zonas más apartadas de la geografía nacional y comprendió sus necesidades. Malcom Deas rememoró cómo en las recepciones de Palacio de San Carlos, durante su periodo, se mezclaban todos los colombianos sin distingos. Valencia amó a Colombia y ella lo amó de vuelta con emocionada vehemencia.

Valencia recibió el país con problemas económico serios y un déficit fiscal de enormes proporciones. Cuando se posesionó había declaradas catorce repúblicas independientes y se había vuelto costumbre que los campesinos fueran asesinados, torturados y tajados en ‘cortes franela o corbata’ por las guerrillas de entonces. Valencia fue férreo en su compromiso de no ceder ante la violencia, pues jamás la aceptó como vehículo político, lo que lo consagró como Presidente de la paz. Entre las conquistas de su gobierno vale resaltar el establecimiento de las drogas genéricas, la creación del Inem, el aumento de la cobertura de la educación en un 20%, la creación de la Junta Monetaria, más de 60.000 viviendas de interés social y el Plan Vallejo para aliviar la devaluación. Triplicó el presupuesto de la Universidad Nacional. Su reforma laboral fue vindicada por las centrales obreras como la mayor conquista laboral de todos los tiempos. Vale recordar que el día en que Valencia salió del Palacio de San Carlos, una manifestación gigantesca y agradecida –que superaba a la que le daba la bienvenida al nuevo Presidente- lo despedía en la puerta trasera del Palacio.
30 de mayo de 2009
http://www.elpais.com.co/paisonline/ediciones_anteriores/ediciones.php?p=/historico/may302009/PRI

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